Bobath, (1940), fundadores del famoso
centro Bobath de Londres - Inglaterra, señalan que la parálisis cerebral es un
grupo de condiciones resultantes del daño o mal desarrollo del cerebro que
ocurre en la temprana niñez. La lesión es estacionaria e interfiere con la
coordinación normal, incapacidad para mantener la postura normal y realización
del movimiento. Al impedimento motor se asocia frecuentemente disturbios:
sensorial, retardo mental y/o epilepsia.
Por otra parte Prado, y González, M. (S.A), definen a la parálisis
cerebral como un proceso dinámico, caracterizado por disturbios motores que se
acompañan frecuentemente de alteraciones sensoriales, perceptuales,
intelectuales, de la comunicación y epilepsia secundaria. El agente etiológico
de naturaleza variable no es progresiva e incide en el cerebro inmaduro,
durante el embarazo, parto o después del parto. El proceso es susceptible de
ser mejorado mediante técnicas adecuadas para estimular el sistema sensorio
motriz, favoreciendo el desarrollo de patrones motores, lo más cercano a lo
normal que compiten con patrones anormales. La secuela establecida puede
agravarse cuando incide sobre el área lesionada u otra zona del cerebro, un
nuevo agente de riesgo biológico y ó psicosocial.
A continuación se conocerá a profundidad las
diferentes clasificaciones de la parálisis cerebral y así tener un panorama mucho más amplio de esta condición.
La parálisis
Cerebral Espástica.
En
esta forma de parálisis cerebral, que afecta de 70 a 80 por ciento de los
pacientes, los músculos están rígidos y contraídos permanentemente. A menudo
los médicos describen la clase de parálisis cerebral que el paciente padece
basándose en las extremidades afectadas. Los nombres asignados para estas
clases de enfermedad combinan una descripción latina de las extremidades
afectadas con el término plejia o
paresis para significar paralizado o débil
respectivamente.
Cuando ambas piernas se afectan de
espasticidad, éstas puedan encorvarse y cruzarse a las rodillas. Esta postura
anormal de las piernas, de apariencia de tijeras, puede interferir con el
caminar.
Los individuos con hemiparesia espástica
pueden experimentar también temblores hemiparéticos, en los cuales sacudidas
incontrolables afectan las extremidades de un lado del cuerpo. Si estas
sacudidas son severas pueden obstaculizar seriamente el movimiento.
La Parálisis Cerebral Atetosis.
Esta
forma de parálisis cerebral se caracteriza por movimientos retorcidos lentos e
incontrolables. Estos movimientos anormales afectan las manos, los pies, los
brazos o las piernas y en algunos casos los músculos de la cara y la lengua,
causando el hacer muecas o babear. Los movimientos aumentan a menudo durante
períodos de estrés emocional y desaparecen mientras se duerme. Los pacientes
pueden tener problemas coordinando los movimientos musculares necesarios para
el habla, una condición conocida por disartria*. La parálisis
cerebral atetosis afecta aproximadamente de 10 a 20 por ciento de los
pacientes.
La Parálisis Cerebral Atáxica.
Este
tipo de parálisis afecta el equilibrio y la coordinación. Las personas
afectadas caminan inestablemente con un modo de caminar muy amplio, poniendo
los pies muy separados uno del otro, y experimentan dificultades cuando
intentan hacer movimientos rápidos y precisos como el escribir o abotonar una
camisa. Los pacientes pueden presentar temblores continuamente, en la medida
que se acercan para tomar un objeto los temblores aumentan, causando mayor
dificultad para agarrar.
Clasificación Topográfica de la
Parálisis Cerebral
Cuadriplejía.
Es un compromiso que se observa en las
cuatro extremidades, con anormalidades en la postura y los movimientos.
Diplejía.
Compromiso de las cuatro extremidades,
mayor en miembros inferiores y mínimo en los superiores, con déficit de
coordinación y motricidad fina, son funcionalmente muy buenos.
Hemiplejía.
Se encuentra afectado uno de los lados del cuerpo,
mayormente se observa en miembro superiores, como consecuencia de hemorragia o
evento vascular isquémico de un hemisferio.
Doble Hemiplejía.
Cuando hay compromiso de las cuatro
extremidades, es más severo en los miembros superiores que el de los miembros
inferiores.
Alimentación en Niños o Personas con Parálisis
Cerebral
Barboza
(2005) afirma que los niños o personas
con parálisis cerebral por lo general suelen tener de
problemas de motores que producen problemas serios en los músculos de la boca,
garganta y lengua, que ocasiona el babeo y además problemas en las funciones
que se utilizan para alimentarse como: comer y tragar esto causa desnutrición,
problemas de desarrollo y crecimiento y además lo hace más vulnerable a
infecciones.
La
desnutrición en estos niños está determinada por la etiología del problema y
por sus consecuencias, como lo son la
presencia o no de convulsión, el tipo de convulsiones: hipotónicas o
hipertónicas, la dificultad motora en el área oro-faríngea, el tipo y la
magnitud del compromiso motor que va desde la inmovilidad hasta la
hiperactividad.
También son
factores condicionantes la calidad y la
cantidad de dieta, poco entrenamiento de los familiares del niño en los
cuidados necesarios debido a su
patología, esto por parte de un equipo multidisciplinario.
Deglución
La deglución es un proceso complejo que realiza el ser humano para poder
alimentarse, Queiroz (2005) la define como es una actividad neuromuscular
compleja, que puede ser iniciada conscientemente, durando de 3 a 8 segundos.
Participan de la deglución unos 30 músculos y 6 pares encefálicos. Los pares
encefálicos que toman parte en la deglución son: trigémino-V, facial-VII,
glosofaríngeo-IX, accesorio espinal-XI e hipogloso-XII. La deglución está
presente desde la octava semana de la gestación, siendo una función vital, pues
es necesaria para garantizar la supervivencia del individuo.
Para entender mejor el proceso
de la deglución, lo dividiremos en cuatro fases:
·
La primera es la preparatoria: Cuando preparamos el alimento mordiéndolo y
masticándolo, para que el mismo pueda ser transformado en un bolo homogéneo,
facilitando la deglución
·
La segunda fase es la oral: Después de preparado,
el alimento será posicionado sobre la lengua, que se acoplará al paladar duro,
iniciando un movimiento ondulatorio de adelante hacia atrás, para llevar el
bolo al fondo de la boca. Cuando el alimento sólido o líquido, junto con el
dorso de la lengua, toca los pilares anteriores, se desencadena el reflejo de
deglución propiamente dicho. Este es accionado por el glosofaríngeo.
·
La tercera fase de la deglución: Que es la
faríngea. El paladar blando se cierra, evitando el pasaje del bolo para la
nasofaringe. La pared posterior de la faringe avanza, comprimiendo el bolo
contra el dorso de la lengua. El alimento no podrá subir, ya que el paladar
blando está cerrado, ni volver a la boca, porque el dorso de la lengua está
impidiendo su pasaje para la cavidad bucal. Por lo tanto, el alimento tendrá
que bajar. La epiglotis cierra la glotis y también se cierran las cuerdas
vocales. Todas estas acciones son necesarias para que no haya pasaje del bolo
para las vías respiratorias. En ese instante la faringe se elevará, facilitando
este bloqueo que será concomitante a la abertura del músculo cricofaríngeo,
para que el alimento pueda entrar en el esófago.